1. LA METODOLOGIA EN EDUCACIÓN
Según KAPLAN, la metodología es el estudio, descripción, explicación y justificación de los métodos.
Las Metodologías educativas utilizadas más habitualmente son:
- Metodología de Clases magistrales: Es la más clasica, sustentada en la clase magistral, con tiza y pizarra, aunque también se utilizan presentaciones por ordenador, videos y la pizarra electrónica.
- Metodología de Clases prácticas: La mayoría de las veces es una clase teórica; pero en lugar de transmitir conceptos abstractos se resuelve un problema; es decir, desde el punto de vista metodológico es idéntica a las clases magistrales.
- Metodología de Clases de Laboratorio: Se suelen utilizar en materias más técnicas y los alumnos manejan dispositivos donde se comprueba la validez de las teorías. Desde el punto de vista metodológico requiere la adquisición de determinadas habilidades prácticas.
- Metodología de Tutorías: El educador orienta la demanda de información del alumno; es un instrumento muy potente, para la autoformación, y autonomía de la construcción del aprendizaje
- Metodología de Evaluación: Se suele utilizar la modalidad de evaluación sumativa (la utilizada para evaluar los conocimientos adquiridos) y obtener una calificación.
- Metodología de Guías Planificación: Se suele hacer al inicio del curso, básicamente son guías donde el alumno puede conocer con antelación los objetivos de la asignatura, el programa, el método de evaluación, la carga docente, actividades, condiciones, ….
- Metodología de Trabajos individuales y en grupo: Son trabajos en que el educador define el tema y alcance; los alumnos lo hacen por su cuenta y una vez finalizado se le presenta al profesor.
2. EL MÉTODO: MARCO GENERAL
El método es un medio para lograr un propósito, una reflexión acerca de los posibles caminos que se pueden seguir para lograr un objetivo. La característica principal del método de enseñanza consiste en que va dirigida a un objetivo, e incluye las operaciones y acciones dirigidas al logro de este, como son: la planificación y sistematización adecuada.
Clasificación de los Métodos
- Métodos Lógicos
- Métodos Pedagógicos
Métodos Lógicos
Son métodos lógicos aquellos que permiten la obtención o producción del conocimiento: inductivo, deductivo, analítico y sintético.
Métodos Inductivos
Se denominan así, cuando lo que se estudia se presenta por medio de casos particulares, hasta llegar al principio general que lo rige.
Muchos autores coinciden que este método es el mejor para enseñar las Ciencias Naturales dado que ofrece a los estudiantes los elementos que originan las generalizaciones y que los lleva a inducir la conclusión, en vez de suministrársela de antemano como en otros métodos.
Método Deductivo
Consiste en inferir o deducir proposiciones particulares de premisas universales o más generales.
El educador presenta conceptos, principios, afirmaciones o definiciones de las cuales van siendo extraídas conclusiones y consecuencias. El educador puede conducir a los alumnos a conclusiones o a criticar aspectos particulares partiendo de principios generales. Un ejemplo son los axiomas (recursos didácticos) aprendidos en Matemática, los cuales pueden ser aplicados para resolver los problemas o casos particulares.
Método Analítico
Por medio del análisis se estudian los hechos y fenómenos separando sus elementos constitutivos para determinar su importancia, la relación entre ello, cómo están organizados y cómo funcionan estos elementos
Método Sintético
Reúne las partes que se separaron en el análisis para llegar al todo. El análisis y la síntesis son procedimientos que se complementan, ya que una sigue a la otra en su ejecución. La síntesis le exige al alumno la capacidad de trabajar con elementos para combinarlos de tal manera que constituyan un esquema o estructura que antes no estaba presente con claridad.
Los Métodos Pedagógicos
Método Viene del griego methodos que significa camino vía, medio para llegar a un fin. Proceso o camino sistemático establecido para realizar una tarea o trabajo con el fin de alcanzar un objetivo predeterminado.
Es un procedimiento que se usa para realizar una tarea específica en la clase o módulo.
Los métodos pedagógicos son los que se desarrollan bajo la orientación de las teorías pedagogícas
Clases de Métodos Pedagógicos
- Método Tradicional
- Método Conductual
- Método Contructivista
Fundamentalmente del método conductual y del método constructivista, se desprenden todas las tendencias que vemos hoy en la escuela nueva.
3. CLASIFICACIÓN DE LOS MÉTODOS DE ENSEÑANZA. SEGÚN CRITERIOS EDUCATIVOS
LOS MÉTODOS EN CUANTO A LA FORMA DE RAZONAMIENTO:
Método deductivo
Cuando el asunto estudiado procede de lo general a lo particular. El educador presenta conceptos, principios o definiciones o afirmaciones de las que se van extrayendo conclusiones y consecuencias, o se examinan casos particulares sobre la base de las afirmaciones generales presentadas. Si se parte de un principio, por ejemplo el de Arquímedes, en primer lugar se enuncia el principio y posteriormente se enumeran o exponen ejemplos de flotación…
Los métodos deductivos son los que tradicionalmente más se utilizan en la enseñanza. Sin embargo, no se debe olvidar que para el aprendizaje de estrategias cognoscitivas, creación o síntesis conceptual, son los menos adecuados. Recordemos que en el aprendizaje propuesto desde el comienzo de este texto, se aboga por métodos experimentales y participativos.
El método deductivo es muy válido cuando los conceptos, definiciones, fórmulas o leyes y principios ya están muy asimilados por el alumno, pues a partir de ellos se generan las ‘deducciones’. Evita trabajo y ahorra tiempo.
Método inductivo
Cuando el asunto estudiado se presenta por medio de casos particulares, sugiriéndose que se descubra el principio general que los rige. Es el método, activo por excelencia, que ha dado lugar a la mayoría de descubrimientos científicos. Se basa en la experiencia, en la participación, en los hechos y posibilita en gran medida la generalización y un razonamiento globalizado.
El método inductivo es el ideal para lograr principios, y a partir de ellos utilizar el método deductivo. Normalmente en las aulas se hace al revés. Si seguimos con el ejemplo iniciado más arriba del principio de Arquímedes, en este caso, de los ejemplos pasamos a la ‘inducción’ del principio, es decir, de lo particular a lo general. De hecho, fue la forma de razonar de Arquímedes cuando descubrió su principio.
Método analógico o comparativo
Cuando los datos particulares que se presentan permiten establecer comparaciones que llevan a una solución por semejanza hemos procedido por analogía. El pensamiento va de lo particular a lo particular. Es fundamentalmente la forma de razonar de los más pequeños, sin olvidar su importancia en todas las edades.
El método científico necesita siempre de la analogía para razonar. De hecho, así llegó Arquímedes, por comparación, a la inducción de su famoso principio. Los adultos, fundamentalmente utilizamos el método analógico de razonamiento, ya que es único con el que nacemos, el que más tiempo perdura y la base de otras maneras de razonar.
LOS MÉTODOS EN CUANTO A LA ORGANIZACIÓN DE LA MATERIA:
Método basado en la lógica de la tradición o de la disciplina científica
Cuando los datos o los hechos se presentan en orden de antecedente y consecuente, obedeciendo a una estructuración de hechos que va desde lo menos a lo más complejo o desde el origen hasta la actualidad o siguiendo simplemente la costumbre de la ciencia o asignatura. Estructura los elementos según la forma de razonar del adulto.
Es normal que así se estructuren los libros de texto. El educador es el responsable, en caso necesario, de cambiar la estructura tradicional con el fin de adaptarse a la lógica del aprendizaje de los alumnos.
Método basado en la psicología del alumno
Cuando el orden seguido responde más bien a los intereses y experiencias del alumno. Se ciñe a la motivación del momento y va de lo conocido por el alumno a lo desconocido por él. Es el método que propician los movimientos de renovación, que intentan más la intuición que la memorización.
Muchos educadores tienen reparo, a veces como mecanismo de defensa, de cambiar el ‘orden lógico’, el de siempre, por vías organizativas diferentes. Bruner le da mucha importancia a la forma y el orden de presentar los contenidos al alumno, como elemento didáctico relativo en relación con la motivación y por lo tanto con el aprendizaje.
LOS MÉTODOS EN CUANTO A SU RELACIÓN CON LA REALIDAD:
Método simbólico o verbalístico
Cuando el lenguaje oral o escrito es casi el único medio de realización de la clase. Para la mayor parte de los educadores es el método más usado. Dale, lo critica cuando se usa como único método, ya que desatiende los intereses del alumno, dificulta la motivación y olvida otras formas diferentes de presentación de los contenidos.
Método intuitivo
Cuando se intenta acercar a la realidad inmediata del alumno lo más posible. Parte de actividades experimentales, o de sustitutos. El principio de intuición es su fundamento y no rechaza ninguna forma o actividad en la que predomine la actividad y experiencia real de los alumnos.
LOS MÉTODOS EN CUANTO A LAS ACTIVIDADES EXTERNAS DEL ALUMNO:
Método pasivo
Cuando se acentúa la actividad del educador permaneciendo los alumnos en forma pasiva. Exposiciones, preguntas, dictados…
Método activo
Cuando se cuenta con la participación del alumno y el mismo método y sus actividades son las que logran la motivación del alumno. Todas las técnicas de enseñanza pueden convertirse en activas mientras el educador se convierte en el orientador del aprendizaje.
LOS MÉTODOS EN CUANTO A SISTEMATIZACIÓN DE CONOCIMIENTOS:
Método globalizado
Cuando a partir de un centro de interés, las clases se desarrollan abarcando un grupo de áreas, asignaturas o temas de acuerdo con las necesidades. Lo importante no son las asignaturas sino el tema que se trata. Cuando son varios los educadores que rotan o apoyan en su especialidad se denomina Interdisciplinar.
Método especializado
Cuando las áreas, temas o asignaturas se tratan independientemente.
LOS MÉTODOS EN CUANTO A LA ACEPTACIÓN DE LO ENSEÑADO:
Dogmático
Impone al alumno sin discusión lo que el educador enseña, en la suposición de que eso es la verdad. Es aprender antes que comprender.
Heurístico o de descubrimiento (del griego heurisko: enseñar)
Antes comprender que fijar de memoria, antes descubrir que aceptar como verdad. El educador presenta los elementos del aprendizaje para que el alumno descubra.
4. METODOLOGÍA Y PRINCIPIOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA.
Desarrollar el problema de la metodología en educación supone buscar respuestas al cómo enseñar, es decir, a estructurar las actividades de enseñanza/aprendizaje en las que van a participar los alumnos con el fin de alcanzar los objetivos propuestos con los contenidos seleccionados, mediante una acción intencional, sistemática y planificada.
Los sistemas actuales de clasificación de los métodos de enseñanza (método tradicional, método activo, método expositivo, método por descubrimiento, método observacional) son excesivamente vagos y generales y bajo una misma etiqueta se hace referencia a menudo a tratamientos educativos sensiblemente diferentes. Además desde el enfoque psicopedagógico que subyace al Currículo Básico no existe un único método ni el método por definición.
Puede decirse que, los métodos no son mejores ni peores en términos absolutos sino en función de su ajuste a las peculiaridades de las diversas situaciones educativas que cada alumno exige, al menos en el nivel de enseñanza obligatoria.
Por esta razón el Proyecto Curricular no puede prescribir la utilización de un método. Sin embargo la exigencia de orientar y dar sentido inequívocamente educativo a las diferentes etapas de la Educación Obligatoria conduce a la necesidad de hacer explícitos los principios básicos, ideas-fuerza, que impregnan todo el diseño.
Estos principios básicos de intervención educativa que están enmarcados en una concepción constructivista del aprendizaje escolar, aún sin identificarse con ninguna teoría en concreto, se pueden resumir en los cuatro siguientes:
- Necesidad de partir del nivel de desarrollo del alumno en el aprendizaje escolar, atendiendo a dos aspectos: su nivel de competencia cognitiva, es decir, el nivel de desarrollo operatorio (Piaget) en el que se encuentra, y los conocimientos previos con los que el alumno inicia su participación en las experiencias educativas (Ausubel, 1977). El inicio de un nuevo aprendizaje se realiza siempre a partir de los conceptos, representaciones y conocimientos que ha construido el alumno en el transcurso de sus experiencias previas. Estos conocimientos le sirven como punto de partida e instrumento de interpretación de la nueva información.
- El proceso de enseñanza/aprendizaje debe asegurar la construcción de aprendizajes significativos (Ausubel, 1973). Si el nuevo material de aprendizaje se relaciona de forma substantiva y no arbitraria con lo que el alumno ya sabe, y es asimilado a su estructura cognitiva se produce un aprendizaje significativo, duradero y sólido que pueda ser utilizado en las circunstancias reales en que el alumno lo necesite, es decir, que sea funcional. Si por el contrario no se alcanza dicha conexión, se producirá un aprendizaje memorístico o repetitivo, por lo general, condenado a rápido olvido. Todo aprendizaje significativo supone memoria comprensiva cuya importancia radica en que no es sólo el recuerdo de lo aprendido, sino el punto de partida para realizar nuevos aprendizajes.
- Aprender a aprender, como objetivo ambicioso e irrenunciable de la educación escolar, equivale a posibilitar que los alumnos realicen aprendizajes significativos por sí solos. Por lo tanto se primará la adquisición de estrategias de exploración, descubrimiento, planificación y regulación de la propia actividad.
- El alumno es el verdadero artífice del proceso de aprendizaje es quien, en último término, construye, modifica, enriquece y diversifica su conocimiento. La enseñanza ideal es la que parte del nivel de desarrollo del alumno, pero no para acomodarse a él, sino para hacerlo progresar y ampliarlo (Vigotsky, 1979). Por eso debemos facilitar actividades que favorezcan trabajos cooperativos y relaciones de tipo tutorial, alumno-alumno, y que resalten la constatación de los resultados de la actividad propia y el papel educativo de los errores.
Estos cuatro principios resultan incompatibles, a todas luces, con una concepción de la enseñanza entendida como pura transmisión de conocimientos. Más bien delimitan el concepto de educación como un conjunto de prácticas y actividades con las que los grupos sociales tratan de promover el desarrollo individual de sus miembros.
De ahí arranca la necesaria individualización de la enseñanza cuyo criterio básico es el ritmo de aprendizaje: los alumnos más lentos necesitan más tiempo para aprender y los rápidos menos tiempo. La verdadera individualización consiste en adaptar los métodos de enseñanza a las características individuales de los alumnos. El método de enseñanza óptimo para alumnos con unas determinadas características puede no serlo para alumnos con características diferentes, y a la inversa (Coll, 1988).
CRITERIOS METODOLÓGICOS
Los educadores deben establecer razonadamente antes de comenzar el desarrollo de las unidades didácticas, la forma de trabajo en cada ciclo en el aula y fuera de ella, es decir, se debe acordar la forma más adecuada de desarrollo de los contenidos, el material a utilizar, la organización del espacio y el tiempo, el papel del educador y los alumnos en el grupo y la forma de realizar la evaluación del aprendizaje, de la enseñanza y del funcionamiento.
5. LA METODOLOGIA EN EDUCACIÓN INFANTIL
La etapa de E.I. es susceptible de recibir diferentes tratamientos. La exigencia de orientar y dar un sentido inequívocamente educativo a la E.I. conduce a la necesidad de hacer explícitos los principios metodológicos que deben enmarcar la acción pedagógica en este etapa.
Los aprendizajes que el niño realiza en esta etapa contribuirán a su desarrollo en la medida en que constituyan aprendizajes significativos. Para ello, el niño debe poder establecer relaciones entre sus experiencias previas y los nuevos aprendizajes. El proceso que conduce a la realización de estos aprendizajes requiere que las actividades y tareas que se lleven a cabo tengan un sentido claro para él.
El educador, partiendo de la información que tiene sobre los conocimientos previos del niño, presentará actividades que atraigan su interés y que el niño pueda relacionar con sus experiencias anteriores.
Aunque no hay método único para trabajar en esta etapa, la perspectiva globalizadora se perfila como la más adecuada para que los aprendizajes que los niños y niñas realicen sean significativos. El principio de globalización supone que el aprendizaje es el producto del establecimiento de múltiples conexiones, de relaciones entre lo nuevo y lo ya aprendido. Es, pues, un proceso global de acercamiento del individuo a la realidad que quiere conocer. Este proceso será fructífero si permite que las relaciones que se establezcan y los significados que se construyan sean amplios y diversificados.
El educador propondrá a los niños y niñas secuencias de aprendizaje, pequeños proyectos o unidades didácticas que requieran el concurso de contenidos de diferente tipo y de distintas áreas, aunque será también conveniente plantear otras actividades que alternen con las propuestas globalizadoras.
La actividad física y mental del niño es una de las fuentes principales de sus aprendizajes y de su desarrollo. Esta actividad tendrá un carácter constructivo en la medida en que a través del juego, la acción, y la experimentación descubra propiedades y relaciones y vaya construyendo sus conocimientos.
Es imprescindible destacar la importancia del juego como la actividad propia de esta etapa. En el juego se aúna, por una parte, un fuerte carácter motivador y, por otra, importantes posibilidades para que el niño y la niña establezcan relaciones significativas y el profesorado organice contenidos diversos, siempre con carácter global, referidos sobre todo a los procedimientos y a las experiencias. Se evitará la falsa dicotomía entre juego y trabajo escolar.
Desde esta perspectiva debe entenderse la consideración de las distintas clases de contenido establecidos en el currículo. La existencia de conceptos y actitudes no supone en ningún caso que deban ser abordados de manera transmisiva y verbalista. La distinción es útil para el educador, quien a la hora de planificar las actividades tendrá en cuenta los diferentes tipos de contenidos y procurará que su construcción progresiva se realice siempre desde la actuación del pequeño, alrededor de problemas y situaciones concretos en los que pueda encontrar sentido porque conecten con sus intereses y motivaciones.
Aunque importantes en todas las etapas, los aspectos afectivos y de relación adquieren un relieve especial en la E.I. En esta etapa es imprescindible la creación de un ambiente cálido, acogedor y seguro, en el que el niño se sienta querido y confiado para poder afrontar los retos que le plantea el conocimiento progresivo de su medio y para adquirir los instrumentos que le permitan acceder a él.
Los niños que asisten a un centro de E.I. necesitan establecer con el educador una relación personal de gran calidad, relación que les transmitirá una confianza básica y la seguridad precisa para su desarrollo. El centro de E.I. aporta al niño otra fuente de experiencias determinante de su desarrollo: su encuentro con los compañeros. La interacción entre los niños y niñas constituye tanto un objetivo educativo como un recurso metodológico de primer orden. Las controversias, interacciones y reajustes que se generan en el grupo facilitan el progreso intelectual, afectivo y social.
Una adecuada organización del ambiente, incluyendo espacios, recursos materiales y distribución del tiempo, será fundamental para la consecución de las intenciones educativas.
El espacio escolar permitirá al niño situarse en él, sentirlo suyo, a partir de sus experiencias y relaciones con personas y objetos. La distribución del espacio debe adecuarse a las variadas y cambiantes necesidades de los niños, hacer posible el sueño y reposo de los más pequeños, facilitar a los que se desplazan el acceso y uso autónomo del espacio, y tener presentes las características de cada grupo de edad y sus necesidades.
Se debe prever que los niños dispongan de lugares propios y de uso común para compartir, para estar solos o para jugar y relacionarse con los demás, espacios para actividades que requieren una cierta concentración y espacios amplios que faciliten el movimiento.
El educador deberá prever las distintas situaciones y decidir sobre los medios que las hagan posibles, evitando organizaciones rígidas y excesivamente especializadas.
El Centro debe ofrecer una gama variada y estimulante de objetos, juguetes y materiales que proporcionen múltiples oportunidades de manipulación y nuevas adquisiciones. La selección, preparación y disposición del material y su adecuación a los objetivos educativos son elementos esenciales en esta etapa.
En la Educación Infantil la organización de las actividades requiere flexibilidad y posibilidad de adecuación a los ritmos de los niños. La organización del tiempo debe respetar sus necesidades: afecto, actividad, relajación, descanso, alimentación, experiencias directas con los objetos, relación y comunicación, movimiento.
El Educador organizará la actividad partiendo de los ritmos biológicos y estableciendo rutinas cotidianas, lo que contribuirá a estructurar la actividad del niño y a la interiorización de unos marcos de referencia temporales.
En los centros de Educación Infantil se configura una comunidad educativa con mayor facilidad que en otro tipo de centros. La Educación Infantil alcanza su pleno sentido en un marco de colaboración y coordinación entre los elementos que inciden en el proceso educativo de los niños y niñas: el equipo docente y las familias.
La existencia del equipo educativo es indispensable para asegurar una coherencia y continuidad en la acción docente. El equipo actuará conjunta y responsablemente en las tareas y funciones que le son propias. Estas se refieren a la elaboración, desarrollo y evaluación del proyecto curricular.
La familia desempeña un papel crucial en el desarrollo del niño. En este sentido, el centro de Educación Infantil comparte con la familia la labor educativa, completando y ampliando sus experiencias formativas. La eficacia de la Educación Infantil depende, en gran medida, de la unidad de criterios educativos en los distintos momentos de la vida del niño, en casa y en la escuela. Para que esto sea posible es necesaria la comunicación y coordinación entre educadores y padres.
Mediante el intercambio de información, familia y educadores tratan de guiar y facilitar la incorporación y adaptación del niño al centro.
No se pretende definir un único método o metodologías mejores o peores, sino criterios didácticos, en consonancia con la forma de entender el proceso de enseñanza y aprendizaje y la relación que ha de existir entre el alumno y el educador.
· Desde una perspectiva constructivista, para ayudar a un niño o a una niña a progresar, el educador debe conocer sus posibilidades madurativas y confiar en sus capacidades de progreso.
· Si el aprendizaje lo realizan los niños y las niñas, el educador organizará la actividad de tal modo que no sólo dé cabida, sino que favorezca y fomente las propuestas por parte de ellos y ellas, la planificación de los pasos necesarios para llevarlas a cabo y su realización.
· Dentro de esta organización cobran especial relevancia las actividades y experiencias. La actividad del niño es una de las fuentes principales de su aprendizaje y desarrollo, teniendo un carácter realmente constructivo en la medida en que es a través de la acción y la experimentación como el niño, por un lado, expresa sus intereses y motivaciones y, por otro, descubre propiedades de los objetos, relaciones, etc.
· El juego es un instrumento privilegiado para el desarrollo de las capacidades que se pretende que alcance el niño, por el grado de actividad que comporta, por su carácter motivador, por las situaciones en que se desarrolla y que permiten al niño globalizar, y por las posibilidades de participación e interacción que propicia, entre otros aspectos.
· La actuación del niño sobre la realidad comporta un proceso de construcción de significados, que es la clave de su desarrollo, y que realiza con el concurso de sus experiencias y conocimientos previos y en la medida en que se siente motivado a implicarse en tal proceso. Esto significa que el educador debe tratar de conocer cuáles son los conocimientos y experiencias previos de los niños y niñas, los significados que ya han construido -sean adecuados o no- para partir de ellos y facilitar este proceso de construcción y reconstrucción continua de significados. Como, además, el niño ha de sentirse motivado a participar en este proceso de construcción, resultará básica la aportación del adulto y su intencionalidad de partir de interés de los niños y niñas, de sus propias propuestas y motivaciones, y articular a su alrededor las secuencias susceptibles de ayudarles a aprender constructivamente.
· El principio de globalización supone, ante todo, que aprender requiere establecer múltiples conexiones entre lo nuevo y lo sabido, experimentado o vivido. Se trata de un proceso global de acercamiento del individuo a la realidad que quiere conocer, que será un proceso más fructífero en tanto le permita establecer relaciones y construir significados más amplios y diversificados. En estrecha relación con ello, se trata también de comprender que cada niño o niña es un ser único, en el que se engloban todas sus capacidades sin separación y profundamente imbricadas, y al que hay que contemplar y apoyar en todo su ser.
Abordar los contenidos de Educación Infantil desde una perspectiva globalizadora supone proponer a los niños que se impliquen en la realización de proyectos que respondan a sus intereses y que tengan sentido para ellos (por ejemplo, adornar la clase para una fiesta o representación).
Como principio general, al planificar debe evitarse ser artificial intentando globalizarlo absolutamente todo; puede haber ocasiones en las que resulte conveniente plantear actividades concretas que alternen con las propuestas habitualmente globalizadas. Estas actividades aisladas pueden ser de grupo grande (explicación de un cuento, aprendizaje de una canción…) o de grupo más reducido (participación en rincones o talleres, por ejemplo), y pueden surgir a propuesta del educador o de los propios niños.
– El educador o educadora deben posibilitar que las relaciones entre iguales sean paulatinamente más enriquecedoras y constructivas y, al tiempo, utilizarlas como un recurso metodológico básico, que les permite organizar buena parte de las experiencias y actividades educativas en torno a ellas.
– Las características de los niños que acuden al centro educativo hacen imprescindible que encuentren en él un ambiente cálido, acogedor y seguro, que permita y contribuya al desarrollo de todas sus capacidades.
– Cuando el niño menor de seis años asiste a un centro de Educación Infantil, éste debe compartir con la familia la labor educativa, completando y ampliando las experiencias formativas del desarrollo.